A veces las fotos me salen movidas, porqué mi pulso es lento, y derrepente me concentro y me sobreviene un impulso alucinógeno.
Leer, leer aquello que de verdad te apetezca; me apetece leer algo positivo, alegre...
en éste día de lluvia, de caída de hojas de árboles caducos, sobre las calles mojadas... que reflejan mi mirada, y todo lo demás...
Hojas de pan que pisaba al andar, en cualquier otro otoño, en cualquier otro octubre, que se acaba ya...
Los árboles cambian sus hojas, cuando llueve, se las lleva el viento...
son caducos, necesitan cambios...
Mis manos están llenas de líneas, y dicen que tantas lineas significas cámbios, y más cámbios... quizás yo soy como un árbol platanero, caduco...
en realidad siempre me ha gustado pisar las hojas de pan de árbol.... estampadas por el suelo...
El ocho de oros.
Optimismo.
No dejes ir un dia, sin cogerle un secreto grande o breve.
Todo llega a tiempo al que quiera aguardar.
Diluvio en la Meridiana.
No veo nada más que agua que resbala por mi cuerpo, la noche ha cerrado la tarde, más pronto de lo habitual, las horas son más oscuras, el tiempo se acaba antes de salir.
Llueve en la Meridiana como suele llover allí....toda la calle se encharca... enormemente... tantos coches y motos que no ven nada, a fuerza de soportar tanto diluvio de lágrimas sin secar... en los cristales que se rompen... se empañan y gritan... detente, vuelve...
Mi hermana dice que haga un baño de agua caliente.
Mañana por la mañana.
Hace frío.
Me duelen los huesos de la humedad.
Disfrutar de cada momento, de cada instante fugaz, está en mi mano, y en la de nadie más... hacer lo que me apetezca en cada momento.
Me encanta imaginarme a mi sobrinito jugando con mi yaya.
Me encanta darle besitos cuando se despierta de la siesta.
Hacerle carícias en la espalda, y ver como se queda quieto sintiendo el contacto de mi piel con su piel... su sonrisa espléndida.
Enredar mis dedos en los ricitos que le salen en el cabello...
Reseguir las espirales que se le forman en los codos,.. de piel tan blanquita, ténue i tierna....
Cómo se pone contento al escuchar como le llamo, como sonríe y enseña sus primeros dientecitos.
Cómo me come a mordisquitos toda la cara.
El amor.
Te giras y me encanta poder rodear lentamente y poco a poco tu cintura con mi brazo.
Mis dedos y mis manos se pierden en tu piel, en tu vientre... tan delicado y caliente...
El frío de la lluvia y la ciudad, en la moto, me entumece todo el cuerpo...
te veo esperando a la salida del tren... cuando me llamas estaba pensando llamarte para saber dónde estabas e ir a buscarte...
te sientas tras de mi... y siento tu calor en mi espalda.. es tan tremendamente acogedor... tus ojos siempren respiran esa mágia que me invade cada vez que te miro...
siento una sensación de placer y bienestar que no puedo olvidar ... el resto del día...
Ésta noche será una noche solitaria, ésta noche no podremos enredarnos en el sofá viendo lo que sea en la tele después de las increíbles cenas que me preparas...
Sabes que te quiero más que a nada, sabes que nunca haría nada que te hiciera nada malo... sabes que puedes contar conmigo...
Sabes que si me miras me derrito en el delito de ser tu rincón... dónde acurrucarte...
Escucho y pienso cada una de las palabras que me cantas....
Pero prefiero siempre aquellas que bailan entre sonrisas e ironías perspicazmente inteligentes...
Estamos en pleno otoño, y no para de llover...
La emoción de cada dia que despierta medio cerrado por el gris de las nubes mojadas...
que convierte la ciudad, aquella que nos hace amarla y odiarla .... tantas veces...
Rincones y momentos para recordar, antes de que se los lleve el viento.
La felicidad de despertarme entre tu piel, entre tu calor, entre tus besos, entre tu vida... de ser parte de ella, de ti... de compartir...
de comprender, escuchar y aprender.
... si efectivamente podrás, al llegar la tarde, encontrar un cálido abrazo en donde descansar.
Leer, leer aquello que de verdad te apetezca; me apetece leer algo positivo, alegre...
en éste día de lluvia, de caída de hojas de árboles caducos, sobre las calles mojadas... que reflejan mi mirada, y todo lo demás...
Hojas de pan que pisaba al andar, en cualquier otro otoño, en cualquier otro octubre, que se acaba ya...
Los árboles cambian sus hojas, cuando llueve, se las lleva el viento...
son caducos, necesitan cambios...
Mis manos están llenas de líneas, y dicen que tantas lineas significas cámbios, y más cámbios... quizás yo soy como un árbol platanero, caduco...
en realidad siempre me ha gustado pisar las hojas de pan de árbol.... estampadas por el suelo...
El ocho de oros.
Optimismo.
No dejes ir un dia, sin cogerle un secreto grande o breve.
Todo llega a tiempo al que quiera aguardar.
Diluvio en la Meridiana.
No veo nada más que agua que resbala por mi cuerpo, la noche ha cerrado la tarde, más pronto de lo habitual, las horas son más oscuras, el tiempo se acaba antes de salir.
Llueve en la Meridiana como suele llover allí....toda la calle se encharca... enormemente... tantos coches y motos que no ven nada, a fuerza de soportar tanto diluvio de lágrimas sin secar... en los cristales que se rompen... se empañan y gritan... detente, vuelve...
Mi hermana dice que haga un baño de agua caliente.
Mañana por la mañana.
Hace frío.
Me duelen los huesos de la humedad.
Disfrutar de cada momento, de cada instante fugaz, está en mi mano, y en la de nadie más... hacer lo que me apetezca en cada momento.
Me encanta imaginarme a mi sobrinito jugando con mi yaya.
Me encanta darle besitos cuando se despierta de la siesta.
Hacerle carícias en la espalda, y ver como se queda quieto sintiendo el contacto de mi piel con su piel... su sonrisa espléndida.
Enredar mis dedos en los ricitos que le salen en el cabello...
Reseguir las espirales que se le forman en los codos,.. de piel tan blanquita, ténue i tierna....
Cómo se pone contento al escuchar como le llamo, como sonríe y enseña sus primeros dientecitos.
Cómo me come a mordisquitos toda la cara.
El amor.
Te giras y me encanta poder rodear lentamente y poco a poco tu cintura con mi brazo.
Mis dedos y mis manos se pierden en tu piel, en tu vientre... tan delicado y caliente...
El frío de la lluvia y la ciudad, en la moto, me entumece todo el cuerpo...
te veo esperando a la salida del tren... cuando me llamas estaba pensando llamarte para saber dónde estabas e ir a buscarte...
te sientas tras de mi... y siento tu calor en mi espalda.. es tan tremendamente acogedor... tus ojos siempren respiran esa mágia que me invade cada vez que te miro...
siento una sensación de placer y bienestar que no puedo olvidar ... el resto del día...
Ésta noche será una noche solitaria, ésta noche no podremos enredarnos en el sofá viendo lo que sea en la tele después de las increíbles cenas que me preparas...
Sabes que te quiero más que a nada, sabes que nunca haría nada que te hiciera nada malo... sabes que puedes contar conmigo...
Sabes que si me miras me derrito en el delito de ser tu rincón... dónde acurrucarte...
Escucho y pienso cada una de las palabras que me cantas....
Pero prefiero siempre aquellas que bailan entre sonrisas e ironías perspicazmente inteligentes...
Estamos en pleno otoño, y no para de llover...
La emoción de cada dia que despierta medio cerrado por el gris de las nubes mojadas...
que convierte la ciudad, aquella que nos hace amarla y odiarla .... tantas veces...
Rincones y momentos para recordar, antes de que se los lleve el viento.
La felicidad de despertarme entre tu piel, entre tu calor, entre tus besos, entre tu vida... de ser parte de ella, de ti... de compartir...
de comprender, escuchar y aprender.
... si efectivamente podrás, al llegar la tarde, encontrar un cálido abrazo en donde descansar.
Comentaris